Liquidación de sentencia, el procedimiento que tiene lugar tras una resolución judicial condenatoria
La liquidación de sentencia es la fase o procedimiento que tiene lugar tras una resolución judicial condenatoria, y es necesario pensar que sólo podemos pasar a una acción resolutoria si, y sólo si, existe el requisito previo de la condena. Se trata de un supuesto básico, porque el siguiente paso es definir con precisión la cantidad a pagar, ya sea por daños materiales, daños morales u otras obligaciones que se pongan de manifiesto.
Veamos. La sentencia opta por el pago de una cantidad, pero no especifica el importe exacto, o cuando es necesario calcular el importe debido a índices financieros, correcciones, intereses y otras variables, es necesario liquidar la sentencia para determinar el importe final de la obligación contraída e impuesta por la resolución judicial.
Como ves, la liquidación de la sentencia es necesaria porque es fundamental para la conclusión efectiva de la etapa, que es la ejecución de la decisión judicial, garantizando así que la parte vencedora reciba una indemnización adecuada y justa por los daños sufridos o los derechos reconocidos. Esta fase se basa en los principios de liquidez, certeza y ejecutoriedad o, dicho de otro modo, aporta claridad y precisión a la cantidad a ejecutar, permitiendo a la parte vencedora recibir lo que se le debe.
Desde un punto de vista civilizador, es el resultado del litigio el que ahora está bajo el manto de la justicia y mediado por un juez
Como vimos en la presentación, la liquidación de la sentencia forma parte del proceso, pero ¿qué es? Es un procedimiento que tiene lugar tras una resolución judicial condenatoria, en el que se trata de establecer una cantidad, ya sea monetaria o moral, que la parte perdedora debe pagar a la parte vencedora. Desde otro punto de vista, desde una perspectiva civilizatoria, es el desenlace del litigio que ahora tiene lugar bajo el manto de la justicia y con la mediación de un juez, con el objetivo preciso de determinar la cantidad a pagar, ya sea por daños morales o materiales u otras obligaciones.
Una vez impuesta la resolución judicial, cuando la sentencia establezca una condena al pago de una determinada cantidad, pero no especifique la cantidad exacta, o cuando sea necesario calcular cantidades que resulten de índices, correcciones, intereses y otras variables que se deduzcan de la sentencia, es necesario liquidar la sentencia para determinar el importe final de la obligación.
Debe aportar claridad, como elemento básico de su propuesta para el resultado de la cantidad a ejecutar, permitiendo a la parte vencedora recibir lo que se le debe de acuerdo con la resolución judicial dictada. Sin embargo, la liquidación de las sentencias es fundamental para hacer efectiva la decisión judicial, garantizando que la parte vencedora reciba los daños sufridos o los derechos reconocidos.
A pesar del argumento inicial, debemos ser conscientes de dónde y cómo utilizamos este procedimiento, porque hay consideraciones que hacer antes de utilizarlo realmente. En el proceso, la liquidación de sentencia es un procedimiento que se hace necesario cuando la sentencia dictada por el juez no determina la cantidad a pagar o no es posible calcular directamente la cantidad adeudada. Tienes que darte cuenta de que la liquidez, la certeza y la ejecutabilidad deben ser evidentes antes del resultado, y que el proceso de intentar subsanar la inexactitud, o de buscar cálculos adicionales para determinar su valor, no es evidente.
En cambio, cuando los elementos básicos no se establecen con esa premisa, debemos intentar subsanarlos mediante la liquidación por cálculos del acreedor o la liquidación por artículos.
Una vez que se ha aclarado el camino para ambas partes y éstas son conscientes del camino a seguir, la base utilizada para determinar la cantidad adeudada. La liquidación por cálculos del acreedor o, también conocida como liquidación por artículos, es una fase del proceso judicial en la que la sentencia establece criterios selectivos para calcular la cantidad a pagar. Sin embargo, los cálculos deben ser específicos y detallados para determinar el importe a pagar. Para consolidar esta etapa, es importante aclarar que los cálculos se basan en fórmulas de tipos, intereses, índices de corrección monetaria y otros elementos de juicio.
Está justificado seguir las directrices de la sentencia de forma inadecuada y estricta, ya que la sentencia debe contener todos los criterios de cálculo. Esta etapa, aquí enumerada, tiene por objeto garantizar el cálculo equitativo de la cantidad a pagar, ya que tiene la facultad de aportar transparencia y seguridad jurídica, asegurando a ambas partes el conocimiento previo expresado.
En la misma línea, existe otra forma de liquidación de laudos, denominada liquidación por arbitraje o peritaje. El nombre nos hace pensar en la invocación de un tercero para resolver las dudas que surgen al redactar la sentencia, porque cuando se dicta no aporta elementos suficientes para calcular la cantidad exacta que hay que pagar. Cuando se produzca esta situación, será necesario designar a un perito o juez para que determine la cuantía del pago, utilizando valoraciones, dictámenes técnicos y otros métodos adecuados a la situación.
Cuando optamos por este tipo de valoración, procuramos que cada parte conozca y esté segura de la cantidad correcta que se le debe, teniendo en cuenta los factores técnicos y especializados que pueden influir en la cuantificación de las cantidades. El razonamiento se basa en un análisis técnico e imparcial que contribuye a una resolución justa del caso y evita posibles controversias sobre la cantidad a pagar, ya que el dictamen pericial trata de responder a las preguntas planteadas por el demandado, el demandante y el juez, e incluso puede presentar hechos justificativos y novedosos para una mejor solución del litigio.
Pasaremos por cada una de las fases detalladamente hasta llegar al resultado o solución del litigio. Analiza detenidamente la sentencia, porque es el primer paso, es crucial en el proceso de liquidación. Este análisis es esencial para comprender la decisión del juez e identificar los criterios o instrucciones relativos a la liquidación que contenga la sentencia. Imaginemos que, tras analizar la sentencia, surge la necesidad de llegar a un acuerdo, o nos encontramos con que los cálculos no están incluidos en el instrumento final. Una vez analizado el instrumento, podemos llegar a la conclusión de que la sentencia no desvela cómo se debe realizar la liquidación y, es más, no hay ningún elemento para deducir cuál debe ser el índice de corrección o interés a aplicar, esto nos llevaría a analizar y proceder a los cálculos, si es por cálculos del acreedor, se deben seguir las instrucciones de la sentencia para calcular la cantidad adeudada aplicando fórmulas, tipos de interés, correcciones monetarias y demás parámetros que se indiquen.
Nombramiento de un perito o árbitro, es decir, ¡solución mediante arbitraje!
En el caso de la designación de un perito o árbitro, es decir, de la solución mediante arbitraje, es necesario que las partes contribuyan al resultado del litigio, ya que el tercero debe aportar una opinión técnica e imparcial que se base en conocimientos parametrizados y que forme parte de una lista de instrumentos conocidos por los equipos técnicos del poder judicial, cuyo objetivo es informar la toma de decisiones del juez. Tras superar las etapas presentadas y realizar los ajustes a las metodologías y técnicas de análisis, tenemos la presentación del acuerdo, que es un proceso y como tal las etapas son contiguas y fluidas para alcanzar el objetivo. Detalla los documentos probatorios y la información al tribunal o a la parte contraria, según requiera el procedimiento de liquidación.
Para redondear este frente, aún nos queda el seguimiento y la resolución de los litigios, es decir, la parte debe estar preparada para responder a las preguntas, objeciones o impugnaciones relacionadas con el acuerdo presentado. Aquí, lo más importante es llegar a un consenso sobre el valor del acuerdo, utilizando la transparencia como uno de los elementos básicos para garantizar una conclusión satisfactoria y justa.
Aunque hayamos llegado a la fase de liquidación y se haya analizado el instrumento, ¿es posible impugnar la liquidación de la sentencia? Ten en cuenta que el procedimiento es legal, y que la parte contraria no siempre está de acuerdo con los cálculos presentados. Es decir, se protege el desacuerdo, permitiendo impugnar la liquidación, pero será necesario que la parte disconforme identifique los motivos concretos de la impugnación, que pueden incluir el desacuerdo con los cálculos o los criterios de aplicación, la interpretación de los cálculos o las fórmulas.
Para que se tenga en cuenta esta fase, debe presentarse una petición o solicitud en la que se detallen los motivos de impugnación, modificación o corrección. Esta petición debe estar fundamentada jurídicamente, apoyada en leyes, jurisprudencia o doctrina que prevea la revisión de la liquidación. Los efectos de esta impugnación son que se notificará al tribunal para que presente reconvenciones y una defensa, si lo desea, y el tribunal puede programar una vista para analizar los argumentos, conformándose con el acuerdo, sugiriendo ajustes en los cálculos u ordenando un nuevo acuerdo.
La liquidación de una sentencia es propositiva, tal como se presenta en el diccionario, origen etimológico de la palabra, liquidar+ção
Tras este recorrido por el proceso formativo y la presentación de las fases inicial e intermedia, llegamos a la fase final del proceso judicial, en la que las demás, además de ésta, son imprescindibles para sustentar la liquidación de la sentencia, en la que se determina la cantidad exacta a pagar o el cumplimiento de la sentencia.
La liquidación del juicio es propositiva, como se presenta en el diccionario, origen etimológico de la palabra, liquidar+ção, (Priberam)
1. Acto de liquidar,
2. Liquidación de cuentas,
3. Pago,
4. Operación comercial consistente en saldar las deudas y repartir el patrimonio restante entre los socios.
La liquidación de la sentencia puede realizarse de varias formas, dependiendo de la instrucción prevista en la resolución judicial, en la que se calculan las cantidades exactas que debe satisfacer la parte perdedora y las acciones que debe emprender el demandante.
En la misma línea, la liquidación de una sentencia puede implicar cálculos por parte del acreedor, arbitraje o medios propios, según indique la decisión judicial o la sentencia.