¿Deben hablar los animales o debemos sentir más nosotros?
Humanizar significa imputar características humanas a alguna acción o actitud realizada por un individuo. En el caso de nuestras mascotas, también se conoce como antropomorfismo, porque atribuye a los animales la forma física, las emociones, los sentimientos o los comportamientos característicos de los humanos. Los humanos olvidamos a menudo que también somos animales conectados con el mundo y la naturaleza. El modo de vida moderno en los grandes centros urbanos

nos ha hecho perder la sensibilidad y la capacidad de observar la naturaleza y a nuestros vecinos. Incluso con tanta tecnología, lo que más falta en la sociedad moderna actual es empatía. Quizá sea la principal herramienta que nos ha permitido evolucionar y dejar atrás actitudes más primitivas, convirtiéndonos en seres humanos. La verdad es que muchas sociedades modernas necesitan humanizarse para sentir más, comprender y ayudar a los demás.
¿Por qué humanizar?
Poner a las mascotas los nombres y apellidos de los miembros de la familia, preocuparse por su salud y la prevención de enfermedades, perder el sueño cuando enferman, volver pronto a casa para que no se queden solas, organizar una fiesta de cumpleaños, celebrar una ceremonia nupcial para mascotas, dormir en la misma cama, ir juntos al baño, besarse y lamerse la boca son acciones y actitudes que para algunos pueden parecer exageradas e incluso antihigiénicas, pero que para muchos propietarios de mascotas forman parte de la vida y los cuidados cotidianos. En los últimos años, esta cuestión ha sido objeto de debate, alimentado por la nueva estructura familiar cada vez más aceptada por la sociedad, la familia multiespecie. Para que te hagas una idea, según los últimos censos realizados por el IBGE, hay más animales domésticos que niños en los hogares brasileños. Además, durante la pandemia de COVID, el sector del mercado de animales de compañía fue uno de los pocos que experimentó un crecimiento en lugar de un descenso en la actividad económica de Brasil.
Humanizar: ¿correcto o incorrecto?
A menudo les digo a los guardianes que no hay una receta para un pastel ni una forma correcta o incorrecta de criar mascotas, de hecho, las acciones deben ser positivas para ambas partes. No tiene sentido tratar a tu mascota como a un niño y privarla de las necesidades que la especie animal necesita para alcanzar el bienestar animal y colectivo. ¿Pero cómo sería eso? Por ejemplo, ponerse ropa los días fríos debe hacerse para aquellos animales que tengan dificultades para regular su temperatura o si la sensación térmica alcanza un nivel de gran incomodidad. Aun así, tu mascota debe estar acostumbrada a la ropa, pues de lo contrario se sentirá asustada e incómoda mientras la lleve puesta. Besar a tu mascota en la boca y dejar que te lama puede parecer aborrecible a mucha gente. Pero muchos propietarios de mascotas sostienen que hay estudios científicos que relacionan este tipo de interacción con una mayor protección del sistema inmunitario en los seres humanos. Por otra parte, si

Siempre te advierto del riesgo de contaminarte con bacterias, hongos patógenos e incluso de contraer gusanos. Los gatos tienen la costumbre de lamerse todo el cuerpo y los perros de olisquear, lamer y a veces incluso comerse sus propias heces o las de otros perros. Otro punto que se plantea a menudo en mis consultas es si puedes dormir con tus mascotas en la misma cama. Este hábito puede parecer inofensivo, pero tengo pacientes que desarrollan territorialidad en la cama y atacan a los dueños que duermen cuando se mueven e invaden el espacio que la mascota ha definido como suyo, provocando crisis en la relación afectiva cuando los dueños son una pareja que duerme junta. Otra consecuencia que puede surgir cuando dormimos con nuestras mascotas es su mayor dependencia de nosotros y su incapacidad para quedarse solas durante periodos cortos o incluso largos del día. Además de la cuestión higiénica ya planteada, nuestras mascotas van al baño y no se limpian, lo que aumenta la cantidad de coliformes fecales en los lugares donde se sientan y se tumban. A excepción de los gatos, que tienen la capacidad y la costumbre de lamerse sus partes íntimas. Entonces les recuerdo los besos y el sistema inmunitario reforzado, las bacterias, los hongos y los gusanos. En otras palabras, podemos humanizar el cuidado dando amor, afecto e interacciones positivas. Sin embargo, es muy importante que ofrezcamos las condiciones mínimas para que cada mascota sea lo que se espera de su especie, tanto si se trata de una mascota convencional (perros y gatos) como de una no convencional (reptiles, roedores, aves, cerdos).
La otra cara de la moneda
Desgraciadamente, incluso con el aumento del número de mascotas que se tienen en casa, los propietarios las consideran miembros de la familia y el mercado crece. Muchas personas deshumanizan el cuidado de sus mascotas y las abandonan. Se calcula que actualmente hay en Brasil unos 30 millones de animales abandonados. Este problema no sólo tiene consecuencias negativas para los individuos abandonados, sino también para la sociedad. Dado que estos animales están diseminados

enfermedades, incluidas las zoonosis mortales sin cura, como la rabia. Además, pueden provocar accidentes de tráfico, atacar a las personas en la calle y rasgar las bolsas de basura en busca de restos de comida humana, esparciendo suciedad por la ciudad y atrayendo a animales considerados plagas. Afortunadamente, mediante actividades educativas y la participación en debates políticos, la sociedad civil ha conseguido varias victorias. Entre ellas se incluyen la implementación del tema en campañas educativas en las escuelas y leyes que castiguen a las personas que maltratan a los animales.